miércoles, enero 20, 2010

Delfin hasta el fin

Luego de haber disfrutado de esa magnífica obra de arte audiovisual, de esa joya del surrealismo kitsch, de esa melodía techno-folklorica tan pegajosa me siento obligado a dedicarle unas humildes líneas para tratar de analizar la verdadera profundidad y alcance de la letra de esta gran canción, cuya publicación fue el año 2006 simplemente titulada “Torres Gemelas”:

Robot(¿?) hablando:
El martes 11 de septiembre del 2001,
siendo las 8 y 46 de la mañana
Estados Unidos sufrió la mayor ofensiva de su historia
que culminó con la destrucción de las Torres Gemelas en Nueva York

La voz robótica no puede ser más que una denuncia sobre la deshumanización de las relaciones entre las personas ahora regidas por el miedo al terrorismo.

Delfín desconsolado por las palabras del Robot:
No puede ser, ¡NOOOOOOO!

*Irrumpe música techno-folklórica con un tono épico
Todo el planeta se conmocionó,
Dios mío, ¡AYUDAMEEEE!

La cultura del temor impuesta por los medios de comunicación es global, aquí Delfín utiliza el sarcasmo y el pesimismo extremos señalando que a estas alturas de la historia sólo Dios puede ayudarnos.

*Techno-folklore con una tonada más alegre, esta parte de la música representa la reconciliación de la psique de Delfín con la cordura para asimilar la triste noticia.

Cuando te fui a buscar, no creí lo que estaba viendo
las Torres en llamas, lleno de humo negro
y tú en ese lugar
¡Ay! Dios mío, ¡AYAYAAAAYYY!

Desde Ecuador, Sudamérica, te canta… ¡DEEEEELFÍN!.

Significa el golpe de realidad al ver las dramáticas escenas vistas por televisión, obviamente desde Ecuador.

Cuando me fui a “Nueva Yor”
pensé encontrarme con mi amorcito,
ella vivía en “Nueva Yor”
y trabajaba en Torres Gemelas.

Aquí Delfín sutílmente hace una crítica social sobre la creciente corriente migratoria que azota a nuestra Latinoamérica y la explotación de la que son víctimas nuestros hermanos buscando un futuro mejor, encerrándolas ingeniosamente en la historia de 2 amantes, Delfín… eres un genio.

Una llamada la recibí
sólo me dijo: adiós mi amor.
Un mal recuerdo yo la viví
los terroristas lo exterminaron

De una manera magistral Delfín logra interpretar la desesperación de perder a un ser amado de una forma tan trágica, el estilo en que escribe estas líneas con tantos errores -voluntarios todos ellos- representa el frágil estado mental del doliente, sin importar raza, sexo o religión.

¿Quién sabe la verdad?
¿Quién lo hizo? y ¿por qué lo hizo?
No puede ser Dios mío,
¡AYUDAMEEEEE!

Delfín, cual insolente sátiro, reta al oyente a buscar la verdad en medios de comunicación independientes, él es un rebelde con compromiso social que lucha por desenmascarar nefastos poderes ocultos tras los “mass-media” tradicionales.

Ese momento no le salvó
ni el dinero ni la religión
se que te quedas ya sepultada
en los escombros de Torres Gemelas

Delfín, un marxista-leninista-maoista de hueso colorado, toma las riendas de la canción para demostrar que esa falsa sensación de seguridad que da el capital, junto a la creencia en religiones que justifican las masacres a nombre de dioses inexistentes, son el verdadero opio del pueblo.

Cuánto quería estar contigo
nunca pensaba que vas a morir
Diosito lindo, no puede ser
sólo llorando podré olvidar

El autor da un giro de 180º después de la dura crítica al status quo apelando al romanticismo de los hipnotizados oyentes, siempre usando de manera sarcástica la idea de un “Dios” que vendrá en su auxilio en contraposición con la resignación ante la realidad dura y dolorosa.

Rindo homenaje a todos los compatriotas
que perdieron sus vidas el 11 de septiembre del 2001
por buscar un sueño americano
¡JAYAYAYYYYYYY!

Obvia crítica a las medidas anti-migrantes que ha tomado el gobierno del perro Bush, Delfín es un luchador por la igualdad, un genio adelantado a su tiempo.

Para todos los amigos en los Estados Unidos:
¡ESCÚCHELO CON FUERZA COMPADRE!
desde Ecuador con mucho amor
¡Delfín hasta el fin!

Este es un llamado a todos los compatriotas y hermanos que ahora viven en los Estados Unidos defiendan su cultura poniendo las canciones de Delfín a todo volumen, hasta el fin.

Nos vemos… chau

Delfín acepta su propia mortalidad, como el caballero que es, nos hace una reverencia cariñosa reconociendo que todos compartimos el mismo destino, la muerte.
———————————————————————————

Como habrán comprendido al leer el análisis de la letra de Delfín, estamos ante un revolucionario no solamente en el sentido político, sino también, de la música… desafiante frente a este puto mundo racista, armado con sus teclados techno-cumbiero-folkloricos y su apariencia ruda nos enseña que aunque nos burlemos de sus canciones e ideas surrealistas (tan malas que son simplemente geniales) la originalidad y la música que viene desde el corazón sin pretenciones pseudo-intelectuales

1 comentario:

Anónimo dijo...

intenso!