En 1972 Rosenhan y algunos de sus amigos visitaron varios hospitales psiquiátricos e inventaron que oían voces que les decían "vacío" y "hueco". A todos los hospitalizaron, después de esto dijeron que ya no oían voces y empezaron a actuar completamente normales. Nada más se dieron cuenta de que no estaban locos sus compañeros, los pacientes. El artículo original de Rosenhan lo pueden encontrar aquí y vale la pena leerlo para que vean lo mal que trataban a los pacientes en 1972 y como los comportamientos más normales de las personas eran considerados como patológicos. El experimento fue replicado recientemente por Lauren Slater en su libro Opening Skinner's Box.
Esto no significa que no tengan utilidad los hospitales psiquiátricos, pero hay que tener mucho cuidado cuando estamos diagnosticando enfermedades de las que no conocemos la etiología y sólo reconocemos por sus síntomas, como en la mayoría de las enfermedades que aparecen en el DSM-IV. Si te pueden diagnosticar con trastornos psiquiátricos utilizando métodos totalmente subjetivos como la interpretación de sueños sólo vamos a tener problemas.
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