lunes, mayo 29, 2006

Henry Lee Lucas y Ottis Toole, Una extraña pareja.

Henry Lee Lucas era un sádico bisexual que asesinó a once personas incluyendo a su propia madre, Viola Lucas, que le parió sin querer tenerlo y le crió a palizas.


Siendo niño vio a su madre prostituirse pero quizás le hiciera más daño ver cómo su madre golpeaba también a su padre, Anderson Lucas, un alcohólico al que le faltaban las piernas, o peor aún, soportar que le vistieran como si fuera una niña.


Por supuesto se crió desnutrido, sin atención, sin educación ni valores.


Sus primeras experiencias sexuales las mantuvo con animales a los que violaba para luego asesinarlos.


En 1950 los padres tuvieron una discusión que terminó con la marcha del padre. Para cuando lo encontraron al día siguiente estaba muerto y congelado en el bosque. Tras la muerte de su padre Henry abandonó definitivamente su casa e inició una prolífica carrera delictiva con pequeños robos ingresando pronto en reformatorios y finalmente en la cárcel, dónde probó el sexo con humanos por primera vez. Salió en libertad por poco tiempo en 1959, al salir volvió a su casa y tras una fuerte discusión con su madre terminó rajándole el cuello con una navaja, e hizo realidad una fantasía que tuvo desde siempre; acabó realizando el acto sexual con el cadáver de su propia madre.


Henry Lee Lucas se estaba vengando a su manera. Por supuesto le detuvieron y le sentenciaron a prisión y cinco años de reclusión en un centro psiquiátrico. Allí se le diagnosticó como suicida y psicópata sádico y se mencionaron diversas desviaciones sexuales.


En 1970 y sin estar curado abandonó la cárcel y se marchó a vivir a casa de su hermana y su cuñado. Estos estaban engañados respecto a su salud. Le creían curado. Henry Lee trató de no llamar demasiado la atención pero mató al perro de la familia.


Más adelante se casó con una amiga de su hermana, Betty Crawford que tenía dos hijas, Cindy de 8 años y Kathy de 9. Ella trabajaba y él solía quedare en casa con las niñas. Henry Lee violaba a la pequeña Cindy y obligaba a mirar a la mayor, Kathy.


Aprovechó al máximo esta situación pero acabó aburriéndose de la rutina sexual por lo que acabó abandonándolas por las buenas sin dar ninguna explicación. Empezó a vagar con su coche por América y fue en Miami donde se encontró con el que iba a ser su inseparable amigo Ottis. Ottis no tenía nada que envidiar a Henry, era un psicópata apodado "El Caníbal de Jacksonville"; pirómano, homosexual, aspirante a transexual, asesino y ligeramente retrasado.


OTTIS TOOLE

Ottis Toole vivió una infancia lúgubre y de abusos marcada por una abuela satanista y una hermana (Drusilla), que le sometió a todo tipo de perversiones sexuales desde que Ottis tenía seis años. A los 7 años ya se vestía de niña, era algo retrasado. Se libró de su hermana cuando a ésta la metieron en un reformatorio, mas tarde Drusilla se suicidó.


Aun cuando su hermana ya no estaba presente se lió con un vecino homosexual combinando sus aficiones homosexuales con las de pirómano: incendiaba una casa y cuándo esta ardía Ottis se masturbaba contemplando el espectáculo. Se convirtió en un adicto sin recuperación a las drogas y el alcohol antes de cumplir los diez años.


Con 13 años se ofrecía gratis para hacer felaciones a los borrachos de su barrio: le excitaba sentirse utilizado, con 14 años cometió su primer asesinato y cuando tenía 25 ya había cumplido trece condenas.


Cometió varios robos y acabó en el reformatorio. Entrando y saliendo varias veces más de la cárcel por diversos motivos; en una ocasión le pillaron en un parque intentando practicar sexo a homosexuales, su gran error fue insinuarse a oficial de policía que iba de paisano. A pesar de ello Ottis tenía responsabilidades, por la noche se corría sus juergas pirómanas o gays y por el día cumplía religiosamente con su jornada laboral.


Henry y Ottis formaban una pareja perfecta, Henry no era demasiado fuerte pero sí muy inteligente y Ottis era capaz de tumbar de un puñetazo a cualquiera, además al no ser demasiado inteligente vio en Henry a una especie de iluminado.


La autopista I-35 que cruzaba todo el país se convirtió en su particular coto de caza privado. Nunca mataban a 2 personas en el mismo sitio y después de sus matanzas solían descuartizar los cadáveres y repartir los miembros por todo el país, lo cuál hizo muy difícil la reconstrucción de los casos por parte de la policía. La especial habilidad de Henry para matar y no ser descubierto les permitió cometer sus atrocidades por toda Norte América durante varios años. A Henry lo que le gustaba era asesinar a mujeres de ojos grandes y buenos senos. Primero fornicaba con ellas, se quedaba insatisfecho, las acuchillaba o retorcía el cuello y luego las volvía a penetrar obteniendo entonces el placer, disfrutaba mucho más fornicando con un cadáver que con un ser vivo.


Por su parte Ottis como era homosexual prefería violar a un hombre, obtener placer sexual y luego le mataba a tiros, no le gustaban los cuchillos, se lo pasaba mejor con la pistola y disfrutaba con la sensación de cowboy que recorría su cuerpo después de matar a alguien a bocajarro. Otras veces, en señal de amistad Henry ayudaba a Ottis en sus actividades piromaniacas. La vez que más se divirtieron fue cuándo quemaron una casa con un viejo dentro. Contemplaron desde la calle como el anciano pedía ayuda por la ventana y moría abrasado, Ottis culminó la experiencia masturbándose allí mismo.


Viajaban en destartalados coches y para ahorrar gastos solían vivir y dormir en el coche, cómo nunca se lavaban ni se cambiaban de ropa el coche les iba bien para ir tirando. Pero a pesar de su mal aspecto y su mal olor eran simpáticos y sabían congeniar con las personas, por lo que cuando se ganaban la confianza de alguien le mostraban el otro lado de su oscura personalidad matándole, abusando sexualmente de él y descuartizándole.


Cuando Ottis volvía a su casa para trabajar unas cuantas semanas Henry seguía en solitario, pero al no cargar con Ottis podía dedicarse exclusivamente a las mujeres. En una ocasión en el '78 conoció a una chica en el parking de un edificio, ésta le invitó a subir a su casa. Con la única ayuda de su "encanto" personal Henry la convenció para hacer sexo, ella aceptó pensando que Henry era un tipo normal, cuando Henry comprobó, como de costumbre, que no podía llegar a la eyaculación, la acuchilló, volvió a penetrarla y tras el clímax le clavó una navaja por el ano.


A principios de los '80 entró en escena la sobrina de Ottis, Becky Powell. Tenía 15 años pero se comportaba como si tuviese 10. Ottis la invitó a acompañarles en sus viajes y Becky aceptó encantada. Con ella innovaron en sus técnicas, el nuevo procedimiento consistía en enviar a Becky a llamar a las puertas de las casas, esperar a que abriesen y entonces entrar todos en grupo. Becky se lo tomaba como un juego y pronto les cogió mucho cariño, especialmente a Henry, el cuál la convirtió en novia oficial. Esa relación trajo problemas en la amistad entre Henry y Ottis, ya que Henry decidió tomarse en serio su nueva relación y estuvo unos meses sin matar a nadie deseando encontrar algo de paz interior.


Al poco tiempo la pareja empezó a trabajar cuidando a una anciana, Kate Rich, estuvieron varios meses hasta que Henry decidió reemprender camino de nuevo, acabaron viviendo en una granja de predicadores denominada House of Prayer. Vivieron un tiempo allí hasta que Becky sintió nostalgia de su hogar y pidió a Henry que la dejase ir a Florida a ver a su familia, la idea no le gustó a Henry ya que sabía que si Becky iba con su familia ésta le apartaría de él, pero al final acabó cediendo. Iniciaron el viaje en auto-stop hasta que tuvieron una discusión en medio de la autopista, Henry zanjó el asunto clavándole un cuchillo en el corazón, seguidamente fornicó con el cadáver en el que, según comentaría posteriormente, fue su mejor relación sexual con Becky. Acababa de cometer el mayor error de su vida y no contento con ello fue a ver a Kate Rich diciéndole que Becky quería verla, en el camino hacia la granja Henry acuchilló a la anciana sin ningún motivo.


El arresto ya era sólo cuestión de tiempo ya que no era difícil relacionar lo acontecido. Y sucedió, la policía no tardó en dar con él y tras un par de interrogatorios descubrieron que tenían ante sí probablemente al "serial killer" más sanguinario de la historia de Norte América. Henry estaba cansado, ya no tenía ganas de seguir matando, había llegado el momento de recrearse recordando los buenos tiempos. Confesó los asesinatos de Becky y Kate Rich y docenas de asesinatos más de los que ni siquiera era sospechoso. Ottis también fue arrestado por pirómano y confesó haber acompañado a Henry en muchas de sus matanzas. Ottis fue condenado a cadena perpetua y Henry esperaba su turno para ser ejecutado. La sentencia estaba fijada para 1988, pero le fue conmutada por cadena perpetua por el entonces governador de Texas, George Bush Jr. No se sabe que oscuros pensamientos cruzan su mente en la actualidad, pero lo que sí es seguro es que no se arrepiente de haber cometido ninguno de los 360 asesinatos que se cree que ha cometido, aunque en algunos interrogatorios asegura haber cometido unos 900.


La vida de Henry Lee se hizo pública en el mundo cinematográfico cuando John McNaughton la narró en 1989 en el largometraje "Henry: retrato de un asesino".