Recientemente el escritor Jhon Kimbert hizo una traducción y adaptación sobre la teoría del antropólogo Robin Dunbar.
El artículo, explicado tan sencillamente que cualquier blogger puede entenderlo, lo pueden encontrar aquí
Esta teoría señala que 150 es el número de seres(1) con el que una persona promedio puede mantener relaciones sociales e involucrar emociones y/o sentido de pertenencia.
Obviamente, el mensaje de Kimbert ante esto es como siempre desvastador: El ser humano es absurdo y la sociedad ineficiente. Mensaje muy parecido da la saga de películas Planeta de los simios.
Dunbar, antropólogo de profesión, ha basado sus estudios en análisis de la corteza cerebral de los simios. En estos estudios, los primatologistas llegaron a la conclusión de que el grupo social de los primates está limitado al volumén de la corteza. El número del grupo resulto de 147,8.
Al obtener estos resultados, empezó a comparar sus resultados con humanos y según el y sus investigadores, los niveles eran similares
Dunbar teorizó que un grupo con un tamaño de 150 personas debía tener un incentivo muy alto para mantenerse juntos. Para que un grupo de este tamaño posea esa cohesión, Dunbar especuló que por lo menos un 42% del tiempo del grupo se debía estar devoto a la socialización.
Obviamente, esto es una teoría interesante visto desde las ciencias de la conducta, pero sobre todo de la antropología y la sociología: El comportamiento de las personas y las interrelaciones también ha sido estudiado profundamente desde la Psicología social, pero no representa de ninguna forma una estructura sólida de principios de la conducta humana.
El correlacionar sus resultados con los grupos de seres humanos, es válido, ya que si es probable que le arroje resultados parecidos que con los primates, pero no llega ni a estar cerca del ser humano. La psiquis de este lo vuelve complejo, y su proceso histórico social va determinando el número de relaciones sociales que este puede llegar a tener. El tomar una teoría biologicista y aplicarla deterministamente al ser humano, es descabellado: No es posible medir el nivel afectivo que desarrollará una persona por el tamaño de su corteza cerebral.
No hay un número fijo ni determinado para una persona. Si bien es cierto, las interrelaciones sociales se desarrollan en círculos de cercanía: Lo que va a determinar el nivel de apego o afecto que tendrá una persona a otra, la complejidad del ser humano se manifiesta en ocasiones en conductas erráticas que no siguen un patrón lógico: Lo ejemplifico:
Juan Ulloa es fan #1 del escritor Tijerón. Lee todos los días su blog, tiene su nombre tatuado en la frente. Juan jamás ha visto en persona a tijerón, no sabe ni su verdadero nombre, ni sus costumbres, y muy probablemente tijerón no tiene ni idea de quien diablos es Juan Ulloa. Pero se da el caso que tijerón se retira de los blogs y Juan no puede soportar el dolor y secuestra una avioneta y la estrella en el WTC de Guayaquil.
Nunca hubo una relación directa entre ambos, y por lógica, Tijerón no debía estar entre su círculo más íntimo. El individuo es un ser complejo, y si bien es cierto la predisposición genética determina su temperamento, no se puede aplicar una teoría tan determinista como la de Dunbar de manera general y afirmar que por eso la sociedad no vale nada. El ser humano se envuelve alrededor de circulos afectivos, que son dinámicos (Una persona puede "ascender" o "descender" de un círculo a otro según las circunstancias) han habido teóricos como Kurt Lewin, con la teoría del campo, que han tratado de dar sus aportes en cuanto a la conducta humana en un campo determinado.
Concluyo el artículo de que la teoría 150 de Dunbar es un valioso aporte en el campo de la sociología y antropología, pero sin fundamento firme para la Psicología.
Cualquier aporte, crítica o punto de vista es bienvenido.
1 comentario:
El ser humano es tan complejo que hasta anatómicamente lo que sabemos es una generalización hay personas con 3 riñones y otros con 1 engeneral nacemos con 2 en psicología es más complejo.
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